Estas actividades de resumir en pocas líneas grandes enseñanzas dadas luego de recibir clases magistrales en aulas son de gran importancia ya que permite medir el grado de entendimiento causado en cada uno de los participantes; el estudio de las finanzas, incluye lo relativo a la magnitud y estructura de los impuestos a la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, así como también a los prestamos que el Gobierno recurre en función al gasto público retornando en el desarrollo sustentable de una economía social. Ahora bien, Cuando hablamos de finanzas públicas, esta no es más que las actividades de obtención y gestión de recursos del Estado o sector público, como organización política y jurídica representada por el poder público frente a las actividades privadas.
Existen diez reglas de oro en las finanzas públicas, establecidas por la profesora Ana de Arocha, las cuales deberían ser ley en muchos casos; a continuación:
Se debe cumplir con al menos tres objetivos del gasto.
Utilizar el menor número de organismos competentes.
Tomar las medidas fiscales sin incentivar monopolios privilegios y el principio de la exclusividad.
La intervención del Estado debe ser de absoluta equidad y objetividad sin favorecer intereses políticos y privado.
Tomar en cuenta la rapidez, oportunidad y agilidad en los procesos administrativos emanados por el Ejecutivo y el Consejo Federal de Gobierno.
Unidad de criterios y dirección en la planificación considerando las interdependencias económicas.
Satisfacer necesidades reales del bienestar colectivo.
La recaudación debe ser oportuna y anunciada con antelación.
La deuda de una nación sea externa o interna en cuanto a sus pagos deben ser exactos y no aleatorios.
Considerar en los fondos especiales de ahorro en la Nación el mayor bienestar posible que esta ofrece en sus servicios como Estado.
En tal sentido, en dicha clase magistral se menciono a un gran escritor y filosofo húngaro, el cual se insta a cada participante a dedicar un tiempo a esta lectura, dicho escritor lleva por nombre Istvan Meszaros, quien con sus escritos ha comenzado a echar raíces en Venezuela, considerándosele hijo de la patria de Bolívar, hijo de Venezuela, una de sus obras literarias más resaltantes ha sido “Para más allá del capital”.